La vida puede llegar a ser como un montón de cuerda mal enrollada.
Liada por todas partes, no sabes como comenzar a desenrollarla, a veces te encuentras con un nudo y te rompes las uñas intentando deshacerlo, otras veces esos nudos son imposibles y entonces los cortas, porque ya no puedes mas.
Así es la vida, caminos difíciles de seguir, decisiones complicadas de tomar, a la izquierda, a la derecha, curvas sinuosas, desciendes rápidamente a veces lentamente.
Entonces llega la muerte de gente querida, una vida se corta, dicen; “es ley de vida”, los mayores tienen que morir, y nuevos niños nacen día sí y otro también.
Los jóvenes buscan su futuro, estudiando, trabajando, en un espejo opaco se miran sin saber aun que van hacer.
Los que no somos tan jóvenes pero tampoco tan viejos lo miramos todo muchas veces con angustia, otras con alegría y de vez en cuando con lagrimas amargas que fluyen desconsoladas de nuestros ojos.
Mi fin de semana a tenido un poco de todo esto, malas noticias, buenas noticias, la preocupación del futuro de los jóvenes que me rodean, los amigos que sufren y yo intentando consolarlos, los que están lejos y no puedo tener a mi lado.
Pues si la vida es como un montón de cuerda mal enrollada, y mi montón tengo que ir desenrollándolo yo sola.