escribir para vivir

Este blog es una pequeña hoja de papel donde lo que escribo cada dia queda plasmado para que sobreviva en el tiempo.

dimarts, d’abril 17, 2007

NO ENTIENDO

Hay cosas que no me las puedo creer, no puedo entender que el mundo no sé de cuenta de que la anorèxia y la bulímia existen, que hoy en día niñas de 8 años comienzan a jugar con una enfermedad que no distingue entre raza ni credo ni condición social. La televisión, las revistas nos muestran un prototipo de mujer que no existe, que no es real, no todos podemos tener el cuerpo de esas modelos que nos enseñan por todas partes, ellas mismas, me imagino yo, se sacrifican a diario para lucir sus cuerpos en portadas de revistas, nosotros podemos tener un cuerpo sano a base de una buena alimentación y ejercicio, pero no necesitamos ni cirugías ni dietas milagrosas para vivir felices y con salud, pero se nos sigue bombardeando por todos los medios informativos que se puede.
Escribo todo esto a raíz de un articulo que leí en el magazine de la vanguardia del domingo 15 de abril del 2007, el cual me dejo con la boca abierta, aquí os lo dejo:

EL RIGOR BIOGRÁFICO

El servicio informativo de la BBC explicaba el otro día que acababa de aparecer en las librerías de Gran Bretaña un libro sobre la vida de Jane Austen, autora de novelas tan apreciadas por los productores cinematográficos como “Orgullo y prejuicio” o “Emma”. Hasta ahí, nada especialmente noticiable. Tampoco es noticiable que los editores – Wordsworth Editions- decidiesen poner, en la cubierta, la cara de la novelista. Es algo habitual en todas las biografías. ¿Qué vas a poner, sino la imagen del biografiado, sea escritor, político, deportista o aventurero?
La noticia surge cuando la editorial decidió que Austen era poco atractiva para sus intereses. El retrato suyo que se reproduce habitualmente es obra de su hermana Cassandra, y se le ve con un gorro de dormir. Convencidos de que –incluso entre los clásicos literarios- la belleza interior necesita estar compensada por le exterior (sobre todo en una cubierta de libro, que ha de llamar la atención), han decidido inventarse una nueva imagen de Austen. Le han quitado el gorro, le han puesto extensiones – un pelo rizadito la mar de mono- y han mejorado sus mejillas, que ahora son rosadas. Pero, sobre todo, lo que le han cambiado son los ojos, la nariz y los labios, que dejaban mucho que desear.
¿Tiene por fuerza ser atractivo un escritor? ¿Es licito que manipulen la imagen de una escritora muerta para hacerla parecer menos fea? ¿No es una muestra de frivolidad que, para empezar, dice muy poco a favor del rigor histórico de sus editores? Las respuestas son, respectivamente: no, no, sí. Pero se veía venir. En el 2005, tras el estreno de la película de Truman Capote, Ediciones B, editora del libro de Gerard Clarke “La biografía definitiva: Truman Capote”, decidió esconder la foto autentica del escritor y poner en su lugar una del actor que lo interpretaba en la película: Phillip Seymour Hoffman.
Así están las cosas. Cualquier día aparece una biografía de Franz Kafka con el praguense marcando músculos, como John Irving con sus camisetas de lucha libre. Y aun podemos dar gracias de que la tendencia que señalan programas como “Cambio radical” se manifiesten en nuestra época. Si los avances en cirugía se hubieran dado ya en siglos precedentes, a Hans Christian Andersen –por ejemplo- le hubiesen operado la nariz de jovencito, para quitarle el complejo de narizotas, y nunca hubiese escrito “El patito feo”. Y Jean-Paul Sartre, por muy existencialista que fuese, le hubiesen solucionado inmediatamente el estrabismo. Con lo que el escritor René Barjavel, enemigo declarado del filósofo, no hubiese podido decir aquella famosa frase suya:
“No creo que un hombre afectado de un estrabismo de esa magnitud pueda tener una visión clara del mundo”.
De momento, pues, tenemos ya en la cubierta de la biografía de Jane Austen a una señora que se parece a Jane Austen real como un huevo a una castaña: Jane Austen pasada por la Corporación Dermoestética. Como la portada recoge tan sólo la cara, no sé si también le han siliconado los pechos y, ya puestos, le han liposuccionado todo lo liposuccionable. Espero que en una edición próxima aparezca ya de cuerpo entero y en bikini.”
Escrito por Quim Monzó en seré breve del magazine de la Vanguardia.


Bueno ya os podéis dar cuenta la noticia, si con la televisión y revistas la anoréxica crece a pasos agigantados, ahora además, a los que nos encanta leer y consideramos que Jane Austen es una gran escritora, tendremos que ver operadísima/o a nuestros escritores y pensar que es por una buena causa, pues sino la gente no compraria el libro con un escritor feo, gordo, flaco, peludo, lampiño, con ojeras o que se yo cuantas cosas mas.
Pero yo me pregunto ¿Cuándo se compra un libro nos fijamos solamente en la portada?
O lo compramos por que nos han hablado bien del, o nos interesa su contenido por la reseña que hemos leído, o por que es un autor que nos gusta simplemente.A mí me interesa muy poco como sea Jane Austen, Jean-Paul Sartre, Kafka o Andersen he leído sus libros con devoción, gustándome unos y otros no, pero con respeto y admiración por sus escritos no por su belleza exterior.

1 Comments:

  • At 6:57 p. m., Anonymous Anònim said…

    Hola Clarig, yo tampoco lo entiendo. La anorexia y la bulimia son problemas bastante serios. Ni siquiera los que los padecen asumen que los tienen. Yo creo que ya es hora de que los algunos medios de comunicación se den cuenta de la magnitud del problema y de que todo no vale para vender.
    A mí también me fastidia que cuando reeditan un libro le cambien la portada original y si se ha rodado la película pongan una imagen de ella. Si encima modifican la imagen del autor, ya ni te cuento, ¡qué barbaridad!
    Un beso y sigue así.
    Edda.

     

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