escribir para vivir

Este blog es una pequeña hoja de papel donde lo que escribo cada dia queda plasmado para que sobreviva en el tiempo.

dimarts, de gener 31, 2006

A media noche

A media noche

Caminando por aquel bosque húmedo, inhóspito y oscuro, rodeado por una neblina demasiado espesa, mi instinto me decía que debía estar alerta.
El viento soplaba con fuerza y la naturaleza parecía haberse vuelto en mi contra.
Intente no pensar en nada, solo caminar lo más rápido posible. Tenia que llegar presurosamente al hostal donde me esperaban.
Rosa, la dueña del hostal, me había dicho que sobre todo no viajara de noche, que era muy peligroso.
Yo no le hice caso. Ahora comprendía su advertencia.
Los pinos con sus largas ramas parecían querer atraparme, y en sus troncos ojos rojos y brillantes llenos de furia me miraban con odio. Parecía como si sus raíces saliesen del fondo de la tierra y caminaran incontenibles a mi encuentro.
Sin darme cuenta estaba corriendo horrorizado, detrás de mi unas voces espantosas maldecían mi osadía, obligándome a salir rápidamente de sus tierras.
A cada paso que daba las ramas golpeaban mi cuerpo implacablemente y risas grotescas resonaban por todas partes.
Un trueno aterrador resonó no muy lejos de mí y el resplandor de un rayo me hizo detener en seco, una figura indescriptible apareció delante de mí y un grito de horror desgarrado salió de mi garganta.
Dentro de mi cabeza unas palabras llenas de ira me advirtieron que debía abandonar rápidamente el bosque.
Un espanto gélido recorrió mi cuerpo y sin dejar tiempo a nada mas salí corriendo de aquel lugar como alma que lleva el diablo.
Sin darme cuenta me vi delante de la puerta del hostal.
Rosa me abrió la puerta y a trompicones entre cerrando de un portazo. Casi sin aliento intente explicarle a Rosa lo que me había pasado. Ella me escucho inmutable, pero en sus ojos vi el terror que inundaban los míos.
Ella no tenia ninguna explicación para todo lo que yo había visto, solo sabia que había tenido suerte. En la pequeña aldea donde se encontraba el hostal se explicaban muchas historias sobre aquel bosque, todas historias llenas de terror. Lo mas misterioso era que yo hubiera salido vivo, pues hasta aquel día toda persona que entraba en el bosque a media noche moría irremediablemente.
Al día siguiente me levante temprano aun en mi cara se veían las marcas de los latigazos de las ramas de los árboles y mi cuerpo aun temblaba de horro.
Solo pude tomar una taza de café y pensar en todo lo que había pasado. Al poco rato entro un aldeano y se puso hablar con Rosa:
-Te has enterado de lo que paso esta pasada media noche en el bosque- dijo el aldeano. Rosa me miro como diciéndome; “Escucha”-.
-No que fue lo que paso.
-Pues el señor Pablo y su señora, a eso de las 12:30 de la noche, entraron en el bosque, querían llegar al pueblo lo mas rápido posible, pues su hija Lucia los había llamado para decirles que se encontraba mal, no pensaron en nada solo querían llegar lo mas rápido a casa de su hija. Sé que Muriel la cartera les dijo que no debían entrar en el bosque que esperaran a que se hiciera de día, pero ellos no la escucharon y a sabiendas de que no debían atravesar a esas horas el bosque, lo atravesaron.
-Pero que paso?- pregunto Rosa impaciente y sin dejar de mirarme.
-Pues que Camilo se dirigía a su huerto que esta al otro lado del bosque y se los encontró muertos a los dos.
-Pero que dices!- dijo Rosa mas blanca que el papel.
-Tal como te lo explico. Yo vi los dos cuerpos, estaba colgados de la rama del pino mas alto, no tenían ojos, sus manos y pies estaban desgarrados por completo. Fue espantoso.
En ese preciso momento entendí el porque de mi suerte, unos minutos antes de que murieran aquella persona, yo había escapado de aquel infernal bosque.
Ahora lo comprendía todo, el bosque se había cobrado sus victimas por la osadía de perturbar su vida.
Cuando el bosque por la noche despertaba de su letargo y resucitaba impenetrable para celebrar su liturgia de subsistencia, el hombre que durante toda la vida lo había destruido, tenia prohibido atravesar sus limites, y mucho menos ver como sus retorcidas ramas se convertían en seres vivientes que luchaban por reconstruir lo destruido.No sé si algún día alguien mas lograra sobrevivir a tanto horro, solo sé que yo nunca mas volveré a atravesar un bosque de noche.