escribir para vivir

Este blog es una pequeña hoja de papel donde lo que escribo cada dia queda plasmado para que sobreviva en el tiempo.

dilluns, d’octubre 02, 2006

Sylvia Plath

Sylvia Plath es una de las poetisas y novelistas estadounidenses que más me gusta, ella plasmo obsesivamente el sufrimiento,que ella sentia, en cada uno de sus poemas, muchas veces rallando el horror: “Escribiré hasta que empiece a escribir sobre mi yo verdadero” (Sylvia Plath).
Sylvia Plath nace el 27 de octubre de 1932 en el Robinson Memorial Hospital de Boston.
Muere la madrugada del 11 de febrero de 1963.
Se encierra en la cocina, tapa todos los agujeros de puertas y ventanas con toallas, enciende el horno de gas y mete la cabeza.
Aquí os dejo unos poemas de ella sacados del libro: “ARIEL” de Sylvia Plath. Traducción y notas de Ramón Buenaventura. Edición bilingüe:

ARIEL
Estasis en la oscuridad.
Luego, el chorro azul y sin sustancia
del tolmo y de las lejanías.

Leona de Dios,
!cómo nos vamos uniendo,
eje de talones y rodillas!... El surco

se abre y pasa, hermano del
arco marrón
del cuello que no alcanzo a atrapar.

Bayas con ojos
de raza negra
arrojan oscuros anzuelos...

Negras y dulces bocanadas de sangre,
sombras.
Algo distinto

me transporta por los aires...
Muslos, cabellos;
escamas que se desprenden de mis talones.

Blanca
Godiva, me despojo
de manos muertas y muertos aprietos.

Y ahora
me hago espuma de trigo, centelleo de mares.
El grito del niño

se funde en la pared.
Y yo
soy la flecha,

el rocío que vuela
suicida, unido al impulso
que conduce al ojo

rojo: al caldero de la mañana.

PALABRAS
Hachas
a cuyo golpe la madera resuena,
!y los ecos!
Ecos que se desplazan
desde el centro, como caballos.

La savia
mana como lágrimas, como el
agua que se esfuerza
en recomponer su espejo
sobre la roca

que gote y da vueltas,
cráneo blanco
carcomido por verdes herbosos.
Años más tarde
me las encuentro en el camino...

Palabras secas y sin jinete,
el ruido infatigable de los cascos.
Mientras,
desde el fondo del estanque, fijas estrellas
rigen una vida.